viernes, febrero 26

Cuando agoniza la fiesta todas encuentran pareja menos Lola que se va, sin ser besada, a dormirse como cada noche sola y una lágrima salada con sabor a mermelada de ternura
moja el suelo de su alcoba donde un espejo le roba la hermosura. Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa, a cambio de sus besos y su prisa; con ella descubrí que hay amores eternos que duran lo que dura un corto invierno. No me esperes a las doce en el juzgado; no me digas "volvamos a empezar".

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